Quien posee el sello Angélico de Gabriel, inviste el don de la palabra; de anuncias buenas noticias y sembrar esperanza en los demás.
Este Arcángel es el mensajero de Dios a la humanidad. Es el responsable de revelar a los designios del Creador en beneficio de todas sus criaturas.
La fuerza de Dios
De raíz hebrea el nombre de Gabriel puede significar “hombre de Dios” o “la fuerza de Dios”. En el reposa la responsabilidad de anunciar la salvación de la humanidad cuando se le presenta a una joven y le anuncia el favor de Dios de que a través de ella naciera Jesucristo.
Es quien se le aparece a Zacarías en el templo y le anuncia que sus peticiones han sido escuchadas y que su esposa Isabel dará a luz su primogénito. Por lo que muchos consideran que este Arcángel es el principio y final de todo: la muerte y la resurrección.
La descripción Bíblica de su imagen, vestido de color blanco puede representar pureza, lealtad, honestidad y entrega sin límites; el amor y la humildad que cada persona debe reflejar, reconociendo a Dios como su creador y único señor de su vida.
El sello Angélico de Gabriel y sus invocaciones
A este Arcángel se le puede invocar cuando:
Necesites elevar tu espíritu por sufrir desgano y baja estima.
Cuando necesites armonía y paz para sobreponerte ante cualquier condición adversa.
En los momentos depresivos, cuando las personas ameritan consuelo espiritual ya que se sienten lejos del amor de Dios y su sabiduría.
Este arcángel es solícito para la reconciliación de las personas que se encuentran distanciadas y alejadas entre sí. Hay que invocarlo con fuerza para que el perdón y la reconciliación sea posible.
Si se desean cosas nuevas y de provecho colectivo, es importante solicitar la presencia de Gabriel; adquisición de una casa, para lograr una relación estable, éxitos en los estudios.
Todo el que use el sello Angélico de Gabriel o exhorte su presencia a través de una oración adquiere una elevación espiritual excepcional que lo acerca a Dios. Atrae el alivio para sus males y gozará de gente buena, amorosa y solidaria.
La presencia del Arcángel Gabriel
Cuando el devoto pide la protección de este servidor de Dios, el espacio de reviste de una luz blanca, que solo será detectada en el fondo de su alma. Es un destello que solo la persona de fe, en su meditación puede percibir. En ese momento se apodera de fiel la energía que lo inspira y la siente la fuerza que lo sostiene para avanzar en la dificultad.
Otra forma de sentir su representación es sentirlo internamente con un gozo extraño. Gabriel se muestra como cálido y de inmediato las perturbaciones que limitaban a su invocante desaparecen. Cambia de ánimo, equilibra y adquiere mayor claridad para enfrentar los peligros y transformar el ambiente.
Lo que hace evidente el acompañamiento diario de este envidado del cielo es la transformación que se experimenta en la vida. El cambio de actitud para enfrentar con optimismo las circunstancias diarias como el trabajo y la familia; el impacto positivo para liderar el cambio de espacios negativos en ambientes de luz con autenticidad.
Todo ser humano tiene la capacidad de experimentar situaciones que pueden producir más allá de situaciones físicas y perceptibles. Pero quien cultiva la fe y los sentidos tendrá mayor capacidad de sintonizar y concebir la calidez y el abrigo que el Arcángel Gabriel produce con su presencia.
El piadoso sabe que será acompañado por Gabriel, y lo sentirá a su lado trabajando, guiándole, orientando cada paso para que se aleje de la oscuridad y sea u hombre de bien.